Cada día, toneladas de dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y otras emisiones no detectadas se filtran en la atmósfera, sin seguimiento y sin medición, pero no sin impacto.
El informe anual 2018 de la organización internacional de monitorización del cambio climático Climate Chance estima que las emisiones fugitivas son responsables de al menos el 5 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Dicho simplemente, las emisiones fugitivas son fugas o emisiones no deseadas de gases y vapores hacia la atmósfera. Estas emisiones escapadas provienen de tanques de almacenamiento, tuberías, pozos, aparatos u otros activos presurizados utilizados generalmente en actividades industriales. La mayoría de las emisiones fugitivas provienen de refrigerantes y gas natural, pero también pueden incluir gases de efecto invernadero como dióxido de carbono, metano, perfluorocarbonos, hexafluoruro de azufre y trifluoruro de nitrógeno.
Para el medio ambiente, las emisiones fugitivas son el equivalente gaseoso de la muerte por mil cortes. Ya sea que provengan de múltiples fuentes o de una sola pieza de equipo, estas emisiones pueden sumar rápidamente debido a que su impacto a menudo no se detecta, como su nombre indica. Las emisiones fugitivas son el insidioso equivalente industrial al mal tiempo que se dispara en puertas y ventanas de una casa. Pero en lugar de que el aire caliente o frío escape, son gases nocivos. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, el 20 % de los 570 millones de toneladas métricas anuales del mundo de emisiones de metano son fugitivas.
Las emisiones fugitivas ocurren en una amplia gama de industrias. Sin embargo, con una acción intencional, se pueden reducir. La reducción de las emisiones fugitivas no solo es mejor para el planeta, sino que también reduce los costos y promueve un entorno de trabajo más seguro para los empleados de todo el sector industrial.
Al reducir las emisiones fugitivas, las organizaciones tienen la oportunidad de hacer lo correcto respondiendo de forma proactiva y transparente a la crisis del cambio climático con pasos tangibles que conducen a resultados medibles tanto para el medio ambiente como para los negocios. Eliminar las emisiones fugitivas es una responsabilidad comercial: las regulaciones cada vez más exigentes, la tecnología obsoleta y la necesidad de una solución personalizada se suman al desafío al que se enfrenta una empresa al tratar de mantenerse competitiva en una economía más verde.
La mejor manera de evitar emisiones fugitivas es asegurarse de que todos los equipos estén diseñados para eliminarlas o reducirlas. Las organizaciones deben tener un seguimiento e informes precisos de los datos de emisiones, lo que a menudo significa una inversión en tecnología inteligente, como sensores acústicos inalámbricos o posicionadores inteligentes de válvulas, que pueden detectar emisiones inadvertidas. La conjetura de las emisiones ya no es una solución viable para que las organizaciones permanezcan competitivas y sostenibles.
Para las compañías que intentan reducir sus emisiones fugitivas, encontrar posibles fuentes de fuga en grandes instalaciones industriales puede parecer abrumador. Existen numerosas fuentes potenciales a explorar y, por su propia naturaleza, las emisiones fugitivas pueden ser difíciles de identificar. Un enfoque holístico para abordar las emisiones fugitivas puede costar tiempo y dinero porque las emisiones fugitivas se emiten desde varias fuentes: válvulas (60 %), bridas y bombas (15 %), válvulas de alivio (15 %) y tanques (10 %).
Esto representa una oportunidad para que las organizaciones inviertan en tecnología, como la de Plantweb Optics de Emerson, que puede predecir todos los gases comunes de efecto invernadero por medo de su motor lógico, inteligencia artificial y tecnología de análisis de causas principales. Estas soluciones ayudan a las organizaciones a monitorizar y evaluar las emisiones fugitivas del presente y estar “preparadas para el futuro” de sus operaciones.
Las organizaciones deben desarrollar una solución personalizada para reducir las emisiones fugitivas en todos los posibles puntos de fuga de la operación. Una organización puede ver otras opciones para reducir las emisiones industriales, incluyendo sensores de detección de corrosión y software para metales, sensores inalámbricos acústicos que pueden identificar fugas de vapor y sensores de gas altamente especializados que pueden olfatear compuestos como óxido de nitrógeno (NOx), amoniaco, benceno y otras emisiones fugitivas.
Más del 60 % de las emisiones fugitivas provienen de válvulas con fugas, y más de la mitad de las emisiones fugitivas de una planta pueden eliminarse al dar mantenimiento, actualizar y reemplazar las válvulas. Para reducir o eliminar las emisiones fugitivas, las organizaciones deben evaluar qué válvulas pueden tener fugas y reemplazarlas con válvulas diseñadas para reducir de manera confiable las emisiones fugitivas.
Esto incluye la actualización de la caja del empaque de la válvula (el sello que aísla el equipo de la válvula del entorno) al empaque de bajas emisiones; la caja del empaque de la válvula es el componente más vulnerable a las fugas debido al movimiento mecánico. Las organizaciones también deben considerar la instalación de sensores de monitorización de presión o posición en válvulas de alivio de presión, tanques y válvulas de aislamiento remoto para detectar fugas emergentes; el uso de controladores de purga baja; y considerar cuidadosamente si un actuador eléctrico podría ser adecuado para ciertas aplicaciones neumáticas a fin de evitar purgas en la atmósfera siempre que sea posible.
Abordar las emisiones fugitivas hoy es una inversión en el futuro.
A medida que el mundo avanza hacia sus objetivos de cero neto, las regulaciones requerirán nuevos paradigmas de monitorización de emisiones. Más compañías se enfrentarán a un mayor escrutinio de las operaciones y la aplicación de las regulaciones para las instalaciones industriales. Los líderes de la industria confían en la tecnología para reducir y eliminar las emisiones fugitivas, ahora y en el futuro.
El software y la tecnología de automatización y monitorización permiten a los operadores monitorizar posibles factores que contribuyen a emisiones fugitivas. Este cambio en las operaciones también ayudará a las compañías a encontrar perspectivas y tomar más decisiones basadas en datos, que serán cada vez más necesarias para apoyar un mundo sostenible para todos.